Tres paisajes: JB Blunk, Anna and Lawrence Halprin

Curada por Ruthanna Hopper y Mariah Nielson 
9 de julio – 13 de agosto, 2022
Los Angeles

Recepción inaugural: sábado, 9 de julio, 5 a 7pm

Sábado, 30 de julio, 3pm: Una danza quieta por Daria Halprin (pulse aquí); seguido de mesa redonda con Janice Ross y Daria Halprin, moderada por Laura Whitcomb (pulse aquí). 

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Blum & Poe se complace en presentar Three Landscapes/Tres paisajes la primera de una serie de exposiciones curadas por Ruthanna Hopper y Mariah Nielson que pretenden compartir la historia y el profundo impacto de la comunidad creativa del condado de Marin, CA, desde los años 50 hasta nuestros días. La serie comienza con la historia de Anna, Lawrence y JB -una bailarina, un arquitecto paisajista y un escultor-, cada uno de ellos pionero en sus respectivas disciplinas. Mutua y profundamente comprometidos con las prácticas de cada uno durante las décadas de 1960 y 70, estos tres innovadores obtuvieron del condado de Marin su “sustento espiritual y ecológico”, extrayendo abundante inspiración del paisaje natural e incorporando a sus obras sus materias primas. 

Esta exposición presenta obras históricas clave creadas por JB Blunk en los años 60 y 70. Realizadas específicamente para la casa de los Halprin, estas piezas nunca se habían expuesto anteriormente. Fiel a la tradición de JB, las esculturas se tallaron usando antiguos troncos nudosos de secuoya y ciprés recuperados: el artista trabajaba con tocones a menudo centenarios y de más de seis metros de diámetro. Conocido por usar motosierras y herramientas manuales sobre enormes bloques individuales de madera, JB estudiaba la veta y el nudo durante días o semanas, y luego -sin usar bocetos o maquetas- trabajaba en la forma individual de manera reductiva. A menudo JB dejaba gran parte de la forma natural intacta, buscando revelar el espíritu de los materiales orgánicos con los que trabajaba y celebrando sus cualidades esenciales. Creaba sus obras para ser utilizadas, con forma y función casi indistinguibles. Como dijo una vez el artista Charles Ray, “Si no puedes ver una obra de JB Blunk, puedes sentarte en ella. Puede que al sentarte en ella la veas”. 

Estas esculturas inmaculadas que también son muebles -un trono, un banco, unas mesas y una banqueta- participaron como testigos de la vida doméstica de los Halprin en un periodo extraordinariamente fértil. Los Halprin se fotografiaron regularmente sobre y alrededor de la instalación de asientos y consideraban las esculturas una parte integrante de su paisaje de interior. Como dijo Anna una vez: “Estas piezas son elementos primarios de nuestra casa”.  Three Landscapes pone de manifiesto la relación íntima entre Blunk y los Halprin y entre las obras y los credos creativos que cultivaron juntos en esa época. Junto a las obras de madera de JB se han instalado proyecciones de archivo de dos de las primeras danzas de Anna Halprin y pinturas abstractas de Lawrence Halprin creadas en 1960-61. Presentado en dos espacios separados dentro del recinto de la galería, una partitura de danza creada para este proyecto en homenaje a la coreografía de Anna y a las partituras que Lawrence esbozaba e imprimía para ella guían a los espectadores. 

En 1965, Parades and Changes (Desfiles y cambios) de Anna sacudió el mundo de la danza al desafiar conceptos de desnudez, quietud y el “ceremonial de la confianza” (como ella lo denominó) entre intérpretes y público. En la galería se puede apreciar “Paper Dance” (Danza de papel), una sección de esta obra donde los bailarines se despojan lenta y ritualmente de sus vestimentas mientras se concentran en un punto lejano. Una vez desnudos, los bailarines de “Paper Dance” rompen hojas de papel de estraza y las lanzan hacia arriba. La obra muestra cómo tareas tan ordinarias como vestirse y desvestirse pueden convertirse en una danza cuando el intérprete las realiza conscientemente. Cuando la obra se estrenó en Suecia en 1965, este uso revolucionario de la desnudez en el escenario fue alabado, pero dos años después, en Nueva York, provocó una orden de arresto contra Anna. Esta pieza, como muchas de las obras de Anna, también explora la forma del cuerpo humano y la manera en que nuestros gestos, sutiles o extremos, pueden crear un paisaje de movimiento. 

A finales de los años 60 y principios de los 70, Lawrence y Anna desarrollaron varios métodos para generar creatividad colectiva. Dirigieron una serie de talleres llamados “Experimentos en el entorno”, donde bailarines, arquitectos y otros artistas exploraban juntos la creatividad grupal en relación con la conciencia del entorno, tanto en ámbitos rurales como urbanos. Cada vez más, las actuaciones de Anna fueron saliendo del teatro para entrar en la comunidad, ayudando a la gente a abordar sus preocupaciones sociales y emocionales. 

Ceremony of Us (Ceremonia de nosotros, 1969) se creó en respuesta al levantamiento de Watts de 1965 en Los Angeles. Anna fue invitada a trabajar con Studio Watts en un espectáculo para un festival en el Mark Taper Forum. Lo consideró una oportunidad para explorar las relaciones raciales a través de la danza. Utilizando las mismas partituras trabajó durante cinco meses y por separado con un grupo de artistas Negros en Watts y otro de bailarines blancos en San Francisco. Luego, durante diez días, reunió a los dos grupos para desarrollar el espectáculo. “Durante esos días, trabajando y viviendo juntos”, diría Anna más tarde, “crearon juntos su actuación alrededor de la experiencia de convertirse en un solo grupo. Mi papel era ver en qué estaba más preparado el grupo y qué materiales les excitaban, para después guiarles en el desarrollo de la coreografía de sus propias respuestas”. Más adelante formó la primera compañía multirracial de danza de Estados Unidos y, a partir de entonces, enfocó su trabajo cada vez más en temas de justicia social. 

En su prolífica práctica de dibujo, Lawrence documentó ampliamente la danza de Anna, primero en diseños de vestuario que hizo para ella en la década de 1940, y posteriormente y a lo largo de su vida haciendo apuntes de sus talleres y actuaciones. Usó rayas como una forma de comunicar el movimiento a través del entorno, lo que surgió de sus investigaciones sobre los bailes de Anna, y como lenguaje en un proceso creativo de colaboración. Sus prácticas fueron una absoluta polinización cruzada. Como dijo Anna una vez: “Igual que Larry me inspiró con su sensibilidad hacia el entorno, que influyó mis experimentos, yo le influí en mi forma de usar la participación del público en el movimiento mientras abría nuevos caminos en la danza”. 

Al igual que la producción de Anna de estos años, las pinturas abstractas sobre papel de Lawrence que se presentan aquí parecen proceder de un espacio muy personal, experimental y psicológico. Incluso sus más allegados sabían poco o nada de su existencia cuando las ejecutó. Al ubicar estas obras experimentales en el contexto de la vida de Lawrence y de la historia del arte moderno, se las puede conectar con su introducción a la psicología junguiana y al expresionismo abstracto estadounidense en la segunda mitad de los años 50. Joseph Henderson, analista de Lawrence, escribió sobre la psicología de la experiencia y el diseño lineal en los espacios construidos por el paisajista: “El diseño lineal... siempre se mueve más allá de cualquier punto fijo en la búsqueda de nuevos niveles diferentes de experiencia... para mí sus diseños parecen depender de la creación de una línea en movimiento como principio de ordenación que permite a la gente experimentar la naturaleza de manera arquetípica”. Este ahondamiento en lo interior, el análisis de la experiencia personal y psíquica era para Lawrence un trabajo de campo tan importante como las lecciones que recibía del mundo académico o los conocimientos que adquiría en la comunión con el entorno natural. Al comprender la psique humana a nivel básico entendemos la humanidad y la naturaleza a nivel general: el inconsciente colectivo y las mitologías y arquetipos heredados que enmarcan nuestras experiencias cotidianas. 

JB también trabajó con un analista junguiano en la década de 1960 y atribuye su exploración de los sueños como un principio rector de su práctica y de su creación de formas. Al igual que Anna y Lawrence, JB intentó extraer y destilar de sus materias primas formas arquetípicas, creando así nuevos paisajes de percepción. Ya sea en un espacio público o en el hogar, criando una familia o interactuando con la comunidad, enfrentándose a la opresión social o sanando el cuerpo de enfermedades, este enfoque de vivir la creatividad de manera holística era primordial para JB, Anna y Lawrence. Aunque se manifiestan de forma distinta en estas tres prácticas tan dispares, no es casualidad que estos principios compartidos hayan nacido de la misma ecología exuberante del condado de Marin. 

JB Blunk (1926, Ottawa, KS - 2002, Inverness, CA) nació en Kansas y con el tiempo se estableció en la ciudad de Inverness, California. En la década de 1940 estudió cerámica en UCLA con Laura Andresen y en 1950 fue reclutado para la Guerra de Corea. Mientras estaba destinado en Japón, conoció al artista Isamu Noguchi, que le ayudó a organizar dos aprendizajes con los maestros ceramistas Rosanjin Kitaōji y Toyo Kaneshige. Blunk vivió y trabajó en Japón durante tres años, empapándose de la cultura. En 1954 regresó a California y finalmente se instaló en Inverness, donde creó su obra maestra: una casa construida a mano con materiales de desecho para su familia. A principios de los 60 comenzó a trabajar con madera, primero tallando piezas de mobiliario sencillas y finalmente produciendo instalaciones públicas a gran escala. La práctica de Blunk incluía pintura, joyería, cerámica, muebles y escultura. Es difícil saber dónde empiezan y terminan las intervenciones de Blunk en la madera, la arcilla y la piedra. En este sentido, se parecía mucho a su amigo y mentor Noguchi, que decía buscar en su materia prima “no lo que se impone, sino algo más cercano a su ser. Bajo la piel está el brillo de la materia”. 

Anna Halprin (1920, Winnetka, IL - 2021, Kentfield, CA) nació en el seno de una familia judía y estuvo expuesta a la danza desde una edad muy temprana gracias a la participación de su abuelo en bailes religiosos. A los quince años, Halprin empezó a estudiar las técnicas de Ruth St. Denis e Isadora Duncan. Más tarde continuó sus estudios en la Universidad de Wisconsin, donde conoció a Lawrence y se casó con él. Después de la Segunda Guerra Mundial, la pareja se instaló en San Francisco, un traslado que alejó a Halprin de los estrechos círculos modernistas de su anterior hogar, Nueva York, guiándolo hacia modalidades distintas. En 1955, Halprin fundó el innovador Taller de Bailarines de San Francisco, donde entre sus alumnos contó a Simone Forti, Yvonne Rainer, Trisha Brown y Meredith Monk. Allí colaboró con los compositores John Cage, Terry Riley y La Monte Young, entre otros creadores importantes. En sus 100 años de vida, Halprin creó más de 150 piezas de danza y escribió tres libros, siendo pionera en la forma de arte experimental conocida como danza posmoderna. Desafió las nociones tradicionales de la danza, ampliando sus límites para abordar cuestiones sociales, construir una comunidad, fomentar la sanación física y emocional, y conectar a la gente con la naturaleza. Cuando le diagnosticaron un cáncer a principios de los años 70, utilizó la danza como parte de su proceso de curación y posteriormente creó innovadores programas de danza para pacientes con cáncer y SIDA. En 1978, junto a su hija Daria, Halprin fundó el Instituto Tamalpa, que ofrece terapia artística basada en el movimiento y que continúa sus operaciones en el condado de Marin. 

Lawrence Halprin (1916, Brooklyn, NY - 2009, Kentfield, CA) nació y creció en Brooklyn, Nueva York. Tras pasar una temporada en Israel y en la Universidad de Cornell, en 1941 Halprin cursó un máster en horticultura en la Universidad de Wisconsin.  En 1942, después de casarse con Anna, ingresó en el programa de Arquitectura del Paisaje de la Escuela de Diseño de Harvard. La carrera de Halprin como arquitecto paisajista se retrasó dos años, puesto que, como muchos de sus compañeros, se alistó en la Marina estadounidense durante la Segunda Guerra Mundial. En la primavera de 1945 regresó a California y abrió su propia empresa en San Francisco. A mediados de los 60, Lawrence Halprin and Associates obtuvo reconocimiento por sus proyectos de reordenación del paisaje urbano y siguió recibiendo importantes encargos en décadas posteriores. Halprin recibió numerosas distinciones, como la Medalla del Instituto Americano de Arquitectos para Profesiones Afines (1964), la Medalla de Diseño de la Sociedad Americana de Arquitectos Paisajistas ASLA (2003), la Medalla de la Academia Americana de las Artes y las Ciencias (1978), la Medalla Thomas Jefferson de Arquitectura de la Universidad de Virginia (1979) y la Medalla Nacional de las Artes (2002), el mayor honor artístico del país. Halprin publicó varios libros, entre ellos RSVP Cycles, Taking Part, Cities, Freeways y Notebooks

Selected Works

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